¿El amor puede ser pirateado?
Por Daniel Greiff
Yo les puedo decir que es posible, solo tengo que entrar al código fuente del corazón, cambiar las variables y especificar a quien debe querer, sí, soy como Cupido, pero no uso flechas y no ando por ahí con un pañal que cubra mis partes púdicas, me visto como un ciudadano cualquiera, cargo en mi maletín un portátil, unos cuantos programas, que pueden convencer al cerebro por medio de programación neurolingüística de que esos sentimientos son virus y que yo soy el muro de fuego que puede borrar esos errores de programación e implantar emociones falsas, pero de excelente factura, que se sienten reales. Mi nombre es Ramón Mendoza.